Una industria con una rica historia
De «Güldner» a sede central de Linde MH1956. La actriz estadounidense Grace Kelly contrae matrimonio con el príncipe Rainiero de Mónaco, las mujeres visten enaguas y los hombres llevan brillantina en el pelo, y Brigitte Bardot irrumpe en el panorama internacional con «Y Dios creó a la mujer». Mientras tanto, la empresa Güldner Motorenwerke de Aschaffenburg amplía con un edificio administrativo su nave de fundición en la calle Schweinheimer. La fiesta de inauguración se celebra en marzo.
Para entonces, la empresa presume ya de una trayectoria de más de 50 años. Fue fundada en 1903 en Múnich como Linde’s Eismaschinen Aktiengesellschaft y en 1907 se trasladó a Aschaffenburg para aprovecharse de las vías navegables. Desde entonces, los motores de gas, petróleo crudo y diésel de Güldner han acreditado su eficacia en cientos de miles de sistemas de refrigeración, pequeñas locomotoras diésel, sierras de gran tamaño o tractores agrícolas.
Pero la historia de la empresa se halla ante un nuevo punto de inflexión. El año anterior, 1955, Güldner había presentado una invención destinada a escribir la historia de la tecnología: la propulsión hidrostática para máquinas operadoras móviles. El primer vehículo equipado con esta revolucionaria tecnología fue el «Hydrocar», una especie de minicamión con transmisión de fuerza hidrostática. Esta tecnología posibilita una aceleración progresiva sin caja de cambios, tanto en sentido de avance como marcha atrás y con plena potencia del motor. A finales de la década, en el año 1959, Güldner lanza al mercado el «Hubtrac», la primera carretilla elevadora con propulsión hidrostática. El vehículo establece nuevos estándares en cuanto a confort de conducción y de manejo, y constituye todo un éxito.
Durante los siguientes años, en el edificio administrativo se trabaja en la reorientación estratégica de la empresa. La Dirección es consciente de que el negocio de tractores y motores diésel decaerá a largo plazo. La economía está en auge y el flujo de mercancías se está internacionalizando cada vez más, conduciendo a un nuevo mercado emergente: la manipulación de materiales. Esto implica el transporte de mercancías paletizadas y el uso de carretillas elevadoras para descargar las mercancías de los camiones, depositarlas en almacenes, preparar los pedidos y finalmente descargarlas de nuevo en las instalaciones del cliente final. Los planes están completados en 1969, y en solo unas pocas semanas Güldner reorienta por completo la producción a las carretillas elevadoras.
Mientras la empresa experimenta un vertiginoso crecimiento económico, amplía continuamente la cartera de productos y expande su radio de acción mediante adquisiciones y filiales conjuntas en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y China, el tiempo se detiene en cierta medida en la calle Schweinheimer. El emplazamiento continúa llamándose «Planta 1». El encanto industrial del edificio de la fundición del año 1904 marca el carácter de la sede administrativa central. Las oficinas de cubículo del edificio de los años 50, situado frente a la fundición, flanquean los largos y en su mayoría oscuros pasillos. Con su planta de dirección separada y la ausencia de salas de reunión y cocinas, el edificio ya no satisface los requisitos de la vida laboral moderna en la era de la globalización.
Tras segregarse de Linde AG e independizarse jurídicamente como Linde Material Handling GmbH en el marco del recién fundado KION Group, resulta cada vez más evidente que la planta requiere una nueva modernización. Mientras Linde se alza con el liderazgo tecnológico y de mercado en Europa, la globalización continúa adquiriendo velocidad y las necesidades en la manipulación de materiales evolucionan. Si hasta el cambio de milenio eran los vehículos y los correspondientes números de unidades los que marcaban el compás en la empresa, ahora empiezan a adquirir una importancia creciente el servicio técnico, el asesoramiento y otros servicios en el ámbito de la intralogística. Tanto el KION Group como Linde se adaptan a estas nuevas condiciones, invirtiendo en nuevas tecnologías de propulsión tales como baterías de litio-ion o células de combustible, en soluciones de software específicas para los clientes y en la expansión de la red de distribución mundial.
Naturalmente, todo ello se refleja también en las prácticas de trabajo. La creciente digitalización e interconexión en red, así como la interacción simplificada entre compañeros gracias a jerarquías más horizontales, hacen necesario un nuevo entorno de trabajo que ya no se daba en la «Planta 1» de los años 50. Saltándose la tendencia a la oficina colectiva, en 2014 Linde aprovechó la oportunidad para realquilar un edificio completamente modernizado tras su venta.
«Hoy en día se ha impuesto el criterio de que es necesaria una combinación de diferentes estilos de oficina para satisfacer los requisitos profesionales de la moderna sociedad del conocimiento»,
explica el Prof. Wilhelm Bauer del Instituto Fraunhofer, prestigioso experto en la investigación laboral y de oficinas y asesor durante el diseño del espacio.
De ahí que, en las plantas básicamente abiertas del viejo edificio modernizado, las áreas de trabajo tranquilas coexistan con zonas de comunicación y laboratorios de ideas. El espacio permite a los compañeros aclarar cuestiones, debatir ideas o comprobar el estado de un proyecto sin alejarse demasiado de sus lugares de trabajo. También se pueden mantener reuniones junto a escritorios de pie, y los ordenadores portátiles permiten establecer el lugar de trabajo propio en cualquier otro escritorio. Está previsto un número suficiente de lugares de trabajo libres para el uso por compañeros de la organización internacional o visitantes, y todas las llamadas telefónicas se realizan a través de Internet, de manera inalámbrica, flexible y dejando las manos libres.
«Mi deseo para nuestra nueva sede central», revela el Presidente del Consejo de Administración Andreas Krinninger, «es que desaparezcan las barreras, se difuminen las jerarquías y se encuentren soluciones. La remodelación estuvo presidida por el lema «Creando un espacio estupendo para colaborar». Una vez completada la modernización de este espacio, se trata de llenarlo de vida. No en vano, depende de nosotros aprovechar las oportunidades que nos brindan las nuevas instalaciones».