Logística y Automatización: Examinando el futuro
14 sept 2020
Si analizamos los últimos diez años, los cambios tecnológicos que se han experimentado a nivel industrial han dejado una enorme huella en el panorama logístico, convirtiendo a dicho sector en una ventaja competitiva y eliminando su tradicional papel de commodity. Hasta hace apenas unos años, la logística era percibida como un sector invisible y, aunque estratégico, poco valorado, lo que repercutía directamente en la concepción económica de la actividad, contemplada como un “coste” dentro de la cadena. A día de hoy, sin embargo, la importancia que va cobrando es mayor y ya es percibida como un factor clave que aporta una ventaja competitiva frente al cliente.
En la actualidad, ya inmersos en una cuarta revolución industrial que se está valiendo de tecnologías existentes para lograr ecosistemas más conectados, las previsiones para la próxima década no se alejan mucho del nivel de cambio e incertidumbre que estamos viviendo. Sin embargo, en este citado entorno, hay dos aspectos clave que no dan lugar a dudas y que son esenciales para comprender hacia dónde vamos en términos industriales e intralogísticos de cara a los próximos diez años.
Estrategias Postponement para el futuro de los almacenes
Uno de los puntos clave será la evolución de la actual forma de planificación de la demanda - que parte de la previsión – y que pasará a ser una reacción eficiente de la cadena de suministro. Las operaciones, por tanto, se basarán en una respuesta ágil y dinámica a los requerimientos puntuales e individualizados de los consumidores. Con el fin de lograr esta reacción eficiente, las nuevas cadenas de suministro – con sus respectivos centros de distribución – tendrán un grado de automatización muy elevado y, en la mayoría de los casos, gestionarán unidades de almacenamiento de lotes de pequeño tamaño – a excepción de las grandes industrias y manufactureras – dejando atrás el almacenamiento de grandes volúmenes paletizados. Estos pequeños lotes serán el resultado de una estrategia de ‘postponement’, cuyo objetivo es dar una respuesta personalizada a cada consumidor, pero con unos costes contenidos de adaptación final.
Además, los centros de distribución estarán posiblemente separados de los centros productivos, los cuales se dedicarán casi en exclusividad a dicho fin con unas áreas logísticas destinadas a hacer una primera preparación de los pedidos y un envío rápido a los centros de distribución. Dentro de estos centros, un punto que evolucionará sin duda es el de la logística inversa o devoluciones. Se trata de un proceso sin valor añadido dentro de la cadena de suministro que actualmente tiene un fuerte valor comercial, pero, a su vez, un elevado coste y que se verá altamente automatizado.
Un futuro en el que la conectividad no será una elección
La principal diferencia respecto a los equipos actuales residirá en la gestión de los datos y la conectividad. Los equipos no solo estarán conectados con los diferentes sistemas de gestión de la empresa, tanto ERP (i.e. SAP) como WMS (i.e. sistemas de gestión de almacén) permitiendo reaccionar a las demandas de los clientes de forma mucho más rápida y efectiva, sino que estos mismos equipos serán capaces de tomar decisiones en función de los requerimientos puntuales de cada momento para adaptarse y dar un servicio al cliente de mayor calidad. Dejaremos atrás, por lo tanto, a los AGVs que conocemos en la actualidad para dar paso a equipos mucho más independientes y capacitados para evaluar diferentes escenarios y actuar en consecuencia; sin la necesidad de contar con una supervisión sostenida por parte de un empleado.
Consecuentemente, muchas de las funciones administrativas también se verán automatizadas, lo que permitirá que el cliente se ponga en contacto directamente con los centros de distribución. Esto resultará, en muchos casos, en la desaparición de empresas intermediarias. Sin embargo, esta automatización no será automática, válgase la redundancia, si no progresiva y requerirá de nuevos perfiles profesionales dentro de las organizaciones. El prever estas necesidades futuras e invertir de forma continuada en la formación por parte de las empresas les permitirá llevar a cabo una transición hacia la automatización de forma más natural y menos abrupta.
La independencia de los equipos señalada anteriormente será generada gracias al desarrollo de la Inteligencia Artificial y el Big Data. En cualquiera de los casos, la conectividad y la generación y análisis de datos existirán desde el inicio de la cadena de suministro, hasta la recepción por parte del cliente - incluidos centros productivos logísticos y equipos de transporte y manutención. Esto permitirá, en primer lugar, que el cliente tenga visibilidad absoluta del proceso productivo y logístico de su producto, y, en segundo lugar, que las distintas empresas que compongan la cadena de suministro – tanto directa como indirectamente - estén totalmente conectadas y compartan, de forma automática, los datos generados. En la mayoría de los casos se prevé incluso que el cliente pueda saber el gasto medioambiental que ha supuesto la elaboración y distribución de su producto.
A nivel tecnológico es difícil prever qué tecnologías se incorporarán, pues si ha habido evolución en los últimos años en algún ámbito ha sido en éste y en la gestión y tratamiento de datos. ¿Después del 5G, vendrá el 6G? Tanto el MIT como el ITU (International Telecomunications Union) ya están estudiando nuevos protocolos de comunicación. Algunas de las nuevas soluciones propuestas pueden ser las comunicaciones holográficas. Éstas tendrían un papel importante en cualquier ámbito, desde la distribución a industria, la agricultura, la educación y el entretenimiento.
En definitiva, la robótica en los equipos de manutención será mucho más importante que lo que actualmente observamos. La logística será unos de los ámbitos de mayor crecimiento en la próxima década dado que los hábitos de consumo están cambiando hacia un sistema de compra on-line y entregas en muy corto plazo de tiempo. Este incremento del peso de la logística traerá a su vez un estudio pormenorizado de los procesos y, consecuentemente, la búsqueda de eficiencia; la cual pasa ineludiblemente por la automatización. Y es que la automatización optimiza recursos y aumenta la calidad del servicio.
Artículo escrito por Igor Arbonies Trigos, Project Manager Intralogística en Linde Material Handling Ibérica